Un blog para todos

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.........Solo pretendo con este blog,que si en algo puedo ayudar a alguna persona y aunque solo sea a una ,me daría por satisfecho................Antonio Sierra

FIBROMIALGIA

Son muchas las incógnitas, que aún estando en el siglo XXI, se tienen acerca de esta enfermedad.
Mi consejo es que ante cualquier problema de este tipo, os pongáis siempre en manos especializadas.


Antonio

FIBROMIALGIA Y ESTRÉS

El estrés es la tensión causada por situaciones agobiantes que origina reacciones psicosomáticas, es decir, que tiene su origen en un conflicto psicológico y provoca síntomas físicos.
La personas con Fibromialgia, aún más que las personas sanas, se ven afectadas por el estrés, tanto física como emocionalmente.
Diversas investigaciones han puesto en manifiesto que el estrés influye en la Fibromialgia de varias maneras diferentes, es por esto que cuando los pacientes aprender a manejar su estrés, pueden vivir con mayor bienestar.

EL ESTRÉS COMO DETONANTE DEL DESARROLLO DE FIBROMIALGIA

Algunos investigadores sostienen que el estrés también juega un papel muy importante para la aparición de la Fibromialgia pues, muchos de los pacientes que la poseen, antes solían tener vidas muy ocupadas y llenas de tensión.
En la década de los 90, por ejemplo, se conocía a la Fibromialgia como la “enfermedad de las ejecutivas independientes” porque solía manifestarse sobre todo en mujeres adultas, activas, con vida profesional, autoexigentes y con altos niveles de responsabilidad.
También es bien sabido que las experiencias muy estresantes, como un accidente o el abuso sexual, son consideradas como un factor de aparición de la Fibromiaigla.

¿POR QUÉ SE ESTRESA UNA PERSONA CON FIBROMIALGIA?

Una persona con Fibromialgia lidia a diario con muchas situaciones que le pueden generar estrés:
El dolor es quizás el principal factor. Una persona con Fibromialgia puede pasar todo el día adolorida, lo que le mantiene en constante tensión, generando un círculo vicioso: el dolor puede conducir a más estrés, lo que a su vez puede conducir a más dolor.
La fatiga con la que generalmente tiene que lidiar puede también sacarlo de sus casillas. No poder realizar ciertas actividades durante el día, debido al cansancio, genera también estrés en la persona.
No poder dormir bien durante la noche, la sensibilidad al clima y los trastornos cognoscitivos que acompañan esta enfermedad, pueden provocar tensión y ansiedad constante.

EL ESTRÉS COMO AGRAVADOR DE LOS SÍNTOMAS DE FIBROMIALGIA

Cuando una persona sana está estresada sus músculos se contraen, presenta trastornos del sueño, le duele la cabeza, aumenta su frecuencia cardiaca, respira más rápido; también presenta sudoración, temblores, mareos y boca seca.
Una persona con fibromialgia que está estresada, no sólo pasa por los síntomas antes descritos, sino que además puede aumentar la intensidad de sus síntomas, su percepción del dolor.
Un estudio realizado en 2005 por un equipo de Psicobiología de la Universitat de les Illes Balears, UIB, demostró que los enfermos de fibromialgia son más sensibles al dolor en situaciones desagradables o de estrés.
Para la realización del experimento los investigadores reunieron a un grupo de enfermos de fibromialgia y a otro grupo de personas sanas. Les hicieron visionar una serie de imágenes fuertemente desagradables y a continuación los médicos sometieron a los sujetos a una leve presión en el dedo. Mientras que el grupo de las personas sanas no reaccionaron al estímulo táctil los pacientes de fibromialgia experimentaron un fuerte dolor.

Generalmente creemos que el estrés es una consecuencia de circunstancias externas a nosotros, pero en realidad el estrés está determinado por la percepción que tenemos de esas circunstancias.
Es decir, tú puedes reducir el estrés al cambiar la forma en que percibes las circunstancias.
Hacer frente al estrés de tu vida es una meta alcanzable, pero para lograrlo el proceso debe ser continuo. Debes aprender técnicas de afrontamiento y ponerlas en práctica en tu vida diaria.
Cuida de ti mismo y enorgulleceste de lo que haces. Cuando tengas momentos de felicidad y alegría, permítete experimentarlos completamente.
Esta es tu vida. Estas son sus opciones. Se trata de crear una vida muy gratificantes, equilibrada y abundante, sin importar los obstáculos que puedan surgir en el camino ¡Tú puedes hacerlo!

Controlar el estrés
               
El estrés puede ser un desafío para cualquiera, pero puede ser doblemente difícil para la gente con Síndrome de Fatiga Crónica o fibromialgia. Primero, una enfermedad crónica añade nuevos estresores a los retos habituales de la vida diaria. Los nuevos factores de estrés incluyen el malestar de los síntomas, aislamiento, presión económica, relaciones tensas y la incertidumbre sobre el futuro. Segundo, SFC y fibromialgia son enfermedades muy sensibles al estrés. Reprogramar ("reset") nuestro "termostato del estrés" de manera que los efectos de cierto nivel de estrés sean mayores de lo que sería para una persona sana. En resumen, tus factores de estrés se multiplicen porque estás enfermo, y eres más vulnerable a los efectos del estrés.
Pero el estrés, como otros aspectos de tus enfermedades, puede ser manejado. Si utilizas técnicas de manejo del estrés, como las descritas en este capítulo, puedes aprender cómo interrumpir el círculo en el que síntomas y estrés se refuerzan el uno al otro.

 Manejar el estrés: dos abordajes

Para responder al estrés hay dos importantes abordajes que pueden ser útiles: reducción del estrés y evitación del estrés. La primera implica re-entrenarte, aprender cómo responder de forma diferente a los estresores para que no tengan el mismo efecto que en el pasado. El segundo abordaje es preventivo, tomar medidas para evitar circunstancias estresantes.

Ya que el estrés es tan penetrante en una enfermedad crónica, recomiendo que consideres utilizar varias técnicas para combatirlo. He aquí cómo respondieron tres estudiantes en nuestro programa cuando se les preguntó sobre cómo controlan el estrés.
Hago variedad de cosas para manejar el estrés, como respiración profunda, escuchar cintas de relajación, recibir regularmente masajes, pasear con mi perro y escribir en mi diario.

Mis maneras para manejar el estrés son: meditar a diario, acostarme cada noche a una hora programada, procurar que nuestra casa sea un sitio de bienvenida emocional para mi esposo, participar en actividades agradables y evitar situaciones no deseadas que me dejan sin energía.

Para reducir el estrés utilizo estiramientos y yoga; actividades relajantes como pasar ratos en nuestro Jacuzzi o en el balancín del jardín; actividades espirituales como rezar y estudiar la Biblia; y actividades agradables, tanto mentales y físicas, como lectura, películas, jugar con los nietos, jugar con el perro, y pasar tiempo de calidad con mi esposo.

Los estudiantes en nuestros grupos hacen mucho hincapié en el estrés y su manejo. Por ejemplo, puede que describen un cambio en su situación laboral como medida de reducción del estrés. Estos cambios incluyeron pasar de trabajo a jornada completa a tiempo parcial o a un puesto con menos exigencias, trabajar desde casa, adoptar un programa flexible y jubilarse anticipadamente. También citan estrategias de acompasamiento como reducir actividades, aprender a decir "no," descansar diariamente y utilizar la rutina. Otras técnicas incluyen ser ordenado (por ejemplo, reorganizar la cocina o deshacerse de posesiones que no se utilizan), limitar la exposición a los medios de comunicación, limitar el contacto con ciertas personas, evitar las aglomeraciones, conseguir ayuda para las tareas domésticas y hacer ajustes mentales (como olvidarse de viejas expectativas). Resumiendo, intentan identificar las fuentes de estrés en sus vidas y luego desarrollan estrategias para reducir u eliminar el estrés.

Reducción del estrés

A menudo, nuestra formar de ver y de reaccionar a un factor estresante determina la cantidad de estrés que experimentamos. Por ejemplo, te preocupas porque tus síntomas aumentaron. Es posible que tenses tus músculos como respuesta a ello. La tensión muscular puede crear dolor, restar energía y causar fatiga. Si aprendes a relajarte podrás disminuir la tensión muscular y suavizar los síntomas. Esto es un ejemplo de cómo reducir el impacto de los estresores mediante un cambio en tu respuesta. La discusión abajo describe siete diferentes maneras para reducir el estrés.

Relajación

Si nos estresamos cuando nos enfrentamos a un desafío, a menudo respondemos con una reacción de lucha-o-huye ("fight-or-flight"). La adrenalina fluye y nos sentimos cargados. Si el desafío es breve, a la reacción inicial le sigue relajación. Pero, cuando estás bajo una amenaza constante, lo que es posible si tienes siempre dolor, tu cuerpo sigue en un estado de tensión. Si, mediante la relajación consigues dejar que se vaya, contrarrestas los efectos de la respuesta lucha o huye.

Las actividades físicamente relajantes contrarrestan tanto los aspectos físicos y los emocionales del estrés. Mediante la relajación puedes reducir tanto la tensión muscular, como la ansiedad. La relajación también es muy útil para controlar el dolor. Combinar el descanso con un procedimiento de relajación o de meditación puede ser una manera aún más efectiva para reducir el estrés.

Más adelante en el capítulo encontrarás instrucciones paso a paso para varios procedimientos de relajación, en la sección llamada "Técnicas de relajación" pero otros abordajes menos formales también pueden ayudar. Estos incluyen ejercicios, prestar atención a la respiración, baños y jacuzzi calientes, masaje e acupuntura, descanso y escuchar cintas de relajación.
Para reducir el estrés empleo la relajación profunda mediante masaje terapéutico y trabajo corporal sanador ("healing bodywork"), largos baños en el jacuzzi o en la sala de vapor, ejercicios/movimientos como largos y profundos estiramientos de yoga y Tai Chi. A veces ayuda mejor que haga algo más vigoroso durante un rato, como una caminata rápida o saltar en mi mini-trampolín.

He constatado que las técnicas de respiración lenta me ayudan a reducir el estrés. Si veo que voy a llegar tarde a una cita, aflojo el paso y respiro profundamente para reducir el estrés que siento. Me digo que no pasa nada si llego tarde, el médico seguirá allí y en 9 de cada 10 veces es él el que lleva retraso.

Solucionar problemas

Tomar medidas prácticas para mejorar tu situación también puede ayudar para reducir la ansiedad y las preocupaciones. Una miembro de uno de nuestros grupos proporcionó un buen ejemplo. Sufría de frecuente y severa niebla mental y comentó que tuvo que ir a Urgencias después de haber ingerido sus medicamentos tres veces en un día. Al llegar a casa, le entró miedo que por culpa de su niebla mental volviese a cometer el mismo error. Pidió sugerencias al grupo. Varios miembros de la clase dieron ideas para no confundirse con sus medicamentos. La paciente escribió unos días más tarde para decir que había comprado un pastillero con compartimentos para cada día de la semana y que estaba mucho menos preocupada por la posibilidad de repetir su error porque tenía un sistema en el que confiaba.

He aquí lo que dijeron algunos otros estudiantes sobre solucionar problemas.
Intento tener un plan práctico para las cosas que creo que puedo cambiar. A veces los problemas parecen abrumadores, pero el consejo de enfrentar una cosa a la vez funciona realmente.

Me he pasado mucho tiempo analizando todas mis actividades, desde la cantidad de tiempo que pasaba en algún sitio, hasta la manera para minimizar el dolor haciendo las tareas de casa. Desde que hice este análisis he probado muchos diferentes artilugios que han resultado muy útiles, como un soporte de libros para el periódico.

Experiencias positivas

Hacer cosas placenteras reduce el estrés. Las experiencias positivas contrarrestan la idea que una enfermedad solo es sufrimiento. Las actividades placenteras también bajan la frustración de estar enfermo y te distraen de tus síntomas. He aquí algunas citas que dan fe del poder de curación de las actividades placenteras.
Al principio de estar enferma me sentía muy culpable por no ser alguien productivo y pensaba que no merecía pasarlo bien. Más tarde pensé que, ya que mi estrés era grande, algo que me aliviase el estrés también tenía que ser grande. Lo que aprendí finalmente era que la diversión era realmente clave para ayudarme a reducir mi estrés y que la diversión puede venir de muchas formas, grandes o pequeñas.

Planear experiencias positivas ayuda a reducir mi estrés. Salir con mi esposo e hijos, ver por la noche un programa favorito en la TV y hacer excursiones a ciudades cercanas o a parques estatales [son] particularmente reductores de estrés.

Las actividades amenas son tan importantes para mí porque me muestran que puedo tener una buena vida a pesar de tener SFC, cosas como ocio, salir con amigos, que vengan amigos a dormir o salir a comprar.

He aquí siete tipos de experiencias positivas que pueden ayudar a disminuir el estrés:

1. Actividades agradables. Hacer cosas que te agradan te puede distraer del estrés y reducir tu preocupación por los problemas. Los ejemplos incluyen ver una película, pasar tiempo en la naturaleza, escuchar o tocar música y leer.

2. Ejercicio y movimiento. El ejercicio es un reductor natural del estrés, porque hace que tu cuerpo produzca endorfinas y otros productos calmantes corporales. Se puede obtener un efecto similar con otras formas de movimiento. Si estás preocupado, el mero hecho de levantarte y de moverte puede ayudarte a romper el hechizo. Como dice Edward Hallowell "Si piensas en la pinta del preocupado (‘the worried look') sueles ver una persona que está en descanso e inmóvil.... El movimiento puede derretir la preocupación." El ejercicio no funciona para todo el mundo con nuestras enfermedades pero, como se denota en el Capítulo 12, suele ayudar a la gente con fibromialgia y puede ayudar a la gente con SFC.

3. Tener un diario ("Journaling"). Escribir puede ser útil como reductor de estrés. Podría ser útil para ti escribir lo que te preocupa, porque te permite descargar la frustración y disminuir la preocupación, como se demuestra en las citas abajo.
Tener un diario me ha ayudado, porque el mero hecho de escribir sobre lo que me preocupa me suele permitir que lo deje ir, en vez de preocuparme por ello.

Lo que más me ha ayudado es registrar las cosas que me estresan en un diario de estrés. Parece que identificarlas y apuntarlas no solo me ayuda con el nivel del estrés, pero al identificarlas soy capaz de determinar al problema con precisión. Esto mantiene al mínimo las preocupaciones que corroen mi mente.

Otro uso del "journaling" es ayudarte a cambiar las perspectivas sobre tu vida. Algunos estudiantes nos han contado que les fue muy útil el tener un diario ("Journal") en el que anotar los eventos diarios positivos. Con el tiempo vieron que su actitud mental hacía su enfermedad y su vida cambió en la dirección positiva. Hay un modelo para el diario de gratitud en el libro de Sarah Ban Breathnach "Simple Abundance Journal of Gratitude".

4. Hablar y que te escuchen. No es sorprendente que, en una encuesta, hablar con un/a amigo/a puntuó como número uno para combatir las preocupaciones. Hablar con alguien en quien confías proporciona consuelo y el sentirte conectado sirve para disipar las preocupaciones. Dice Edward Hallowell que los estudios han demostrado que hablar con otra persona cambia a nivel físico lo que ocurre en tu cerebro.

5. Música, arte y otras actividades absorbentes. Escuchar o tocar música o hacer otras actividades artísticas son buenos reductores del estrés. Se puede decir lo mismo de leer un buen libro o ver una película fascinante. La clave es encontrar una actividad en la que te puedes quedar absorta. Si te inmerges, interrumpes el círculo de la preocupación, te distraes de tus síntomas y experimentas cierto placer relajante.
He vuelto a despertar un viejo interés por las ocupaciones artísticas. Anteriormente me gustaba la música, luego hacer punto y ahora la caligrafía y los sellos de goma; encuentro en ello un tremendo agrado y bienestar.

6. La risa y el humor. Esto es otro buen reductor del estrés. Ver una película de risa o reírse con amigos puede ser una gran liberación. Como el ejercicio, la risa promueve la producción de endorfinas. Las investigaciones sugieren que puede reforzar el sistema inmune, contrarresta la depresión e incluso proporciona un sustituto para el ejercicio aeróbico. Unos cortos ratos de risa pueden doblar tu ritmo cardíaco durante dos a cinco minutos. Como natural redactor del estrés, la risa produce relajación hasta durante 45 minutos.

7. Soledad. Para algunas personas puede ser útil tener un rato a solas.
Noto que un paseo me ayuda si lo puedo hacer fuera y sola. Si no puedo, también puede sentarme genial acostarme en mi dormitorio porque es muy tranquilizador (paredes verde sabia, suelo de madera, velas encendidas). Soy una lectora ávida así que leer un poco de ficción por placer ayuda a relajarme.

Gasto mucho tiempo en actividades tranquilas y relajantes, como mirar la TV, leer, calceta, etc. Si algún día no puedo hacer nada de cualquiera de estas actividades, me encuentro extremadamente tenso, estresado y emocional.

Ajustes mentales

Tus pensamientos pueden ser otra fuente de estrés. Por ejemplo, puede que te hagas expectativas irreales de tí mismo. Incluso si tu Límite de energía es muy pequeño posiblemente piensas que, como "buena madre" o "buena esposa" deberías tener la casa como antes de enfermar. Si es tu caso puedes reducir el sufrimiento si cambias tus expectaciones. Como dice una persona en nuestro programa "estoy aprendiendo a reconocer que al final no es realmente tan importante si los suelos están impecables o si los sábados consigo hacer toda la colada." Si eres consciente de tus estándares y los cambias, reducirás el estrés y esto ayudará a evitar que te sobrepases. También puede servir para ayudarte a cambiar tus expectativas de cómo los demás te ven a ti.
Dejé de esperar que las personas me respondan como yo pienso que "deberían" hacerlo. Por ejemplo, dejé de esperar que la gente comprenda mi enfermedad. Así, sin expectativas, siento menos resentimiento lo que resulta en menos estrés en mi vida.

Otra área para ajustes mentales concierna los pensamientos que se generan cuando ocurren cosas malas. Por ejemplo, un aumento de los síntomas puede desencadenar pensamientos como "No consigo nada" "Jamás mejoraré" o "Es desesperanzador." Los pensamientos negativos como estos pueden hacer que te sientas ansioso, triste, enfadado y desesperanzado. Los pensamientos y el estrés que crean pueden empeorar tus síntomas y desencadenar otra ronda de pensamientos negativos. El círculo puede ser muy desmoralizador, y causar que tengas un punto de vista demasiado pesimista de tu situación y dificultar que te motives para hacer cosas que te hagan sentirte mejor. Pero puedes aprender cómo reconocer y cambiar los habituales pensamientos negativos y ser más realista y más positivo.

Asertividad
Hablar en pro de ti es un reductor de estrés. Una parte de la asertividad es ponerse límites hacia los demás. Enseña a tus familiares y amigos a respectar tus necesidades respecto tus ratos de descanso. Aclara tus límites, como cuánto tiempo hablar por teléfono o cuanto tiempo estar en una fiesta. Explica que hay ciertas cosas, que ya no puedes hacer, como levantar objetos pesados o salir hasta tarde. Al decir "no" evitas hacer cosas que intensificarían tus síntomas. Asimismo, aprende a delegar y a pedir ayuda. Otros a menudo se sienten tan desamparados como tu respecto tu enfermedad. Si les pides ayuda, les permites en cierta manera remplazar una sensación de desamparo por el sentimiento de logro.
He dejado intentar ser el amigo de todo el mundo y de hacer todo lo que me pedían. Ahora tengo amigos nuevos y cercanos con los que puedo contar y que pueden contar conmigo.

Apoyo
Estar enfermo a la vez nos estresa y nos aisla. Tener personas en tu vida que te comprenden y respectan es un bálsamo para tu alma. Es terapéutico el mero hecho que te escuchen y que te sientes conectado con los demás. Es más, hablar con otra persona te puede ayudar a clarificar tu situación o puede que la respuesta que te dan, te permite ver tu vida de manera diferente y más constructiva. Apoyo así lo puedes recibir por parte de miembros de la familia, amigos, otros pacientes o terapeutas. Apoyo también significa asistencia práctica, que podría incluir cosas como ir a comprar, cocinar, pagar facturas o limpiar la casa. 

Medicamentos
Los medicamentos de prescripción pueden ser útiles como parte de un plan para manejar el estrés. He aquí lo que dice un estudiante:
Llevo dos años tomando Zoloft (Sertralina). Durante mucho tiempo resistí la tentación, pero ahora siento mucho haber esperado tanto. Me ha ayudado a suavizar mis reacciones al estrés diario y ha igualado mi ánimo. Los medicamentos no valen para todo el mundo, pero he aprendido a tener abierta la mente y a tratar todos los aspectos de mi vida y de no depender de un solo abordaje.

Evitación de estrés
La evitación del estrés es preventiva; utiliza la auto-observación para que aprendas de qué manera te afecta el estrés para que luego puedas tomar medidas para evitar las circunstancias estresantes. Por ejemplo, es posible que notes que, cuando llegas a tu límite, cualquier actividad a mayores intensificaría tus síntomas. En tales circunstancias el descanso puede reducir el estrés sobre tu cuerpo. El descanso programado puede ser una efectiva estrategia de evitación del estrés. Tener buenas relaciones es como un amortiguador contra el estrés. Las personas con relaciones que apoyan tienen menor ansiedad y depresión.

La idea global es procurar que no se genere una respuesta de estrés al evitar las situaciones estresantes. Menos hormonas de estrés significa más tiempo para que tu cuerpo se repare. Lo que más utilizan las personas de nuestros grupos para prevenir el estrés es evitar los desencadenantes del estrés y emplear rutinas o programas.

Evitar los desencadenantes del estrés :

Puede que tengamos circunstancias especiales en nuestras vidas que nos irritan. Si podemos identificar estos desencadenantes de estrés quizás somos capaces de evitarlos o de reducir su impacto. Sugiero que pienses en tres categorías de desencadenantes: personas, sustancias y situaciones.

Para algunos pacientes las interacciones con ciertas personas son causa de estrés incapacitante. Las respuestas que dieron incluyen hablar con la persona, limitar el contacto, conseguir ayuda profesional y terminar la relación.
He abandonado varias relaciones difíciles. Quedé asombrada de lo bien que me sentía y también como esas personas ni siquiera trataron de retomar la relación. ¡Supongo que yo no era tan indispensable como pensaba!

He sacado personas de mi vida que solo me irritaban o no me apoyaban. Fue duro de hacer, pero ha significado una gran diferencia en cómo me siento, especialmente conmigo mismo.

He conseguido liberarme de algunas relaciones tóxicas, personas que hablan todo el tiempo, gente muy dispersa y poco centrada, y no en el camino del auto-descubrimiento. Me ha llevado un tiempo reconocer que este tipo de relaciones me causaba tanto estrés.

Alimentos, químicos y otras sustancias pueden desencadenar síntomas. Al identificar e evitar alimentos específicos u otras sustancias quizás eres capaz de evitar brotes. 

Evito comer alimentos a los que soy alérgico u intolerante y no entro en habitaciones llenas de humo.

Eliminar o al menos restringir el aspartamo y otros edulcorantes, Glutamato Monosódico y cafeína me ha ayudado a mantenerme más en equilibrio.

Hablando de situaciones, si eres particularmente sensible a las luces, los ruidos, gran cantidad de gente, o si experimentas otro tipo de sobrecarga sensorial, la evitación de estas situaciones puede ayudarte a controlar tus síntomas. Podrían visitarte a ti, en vez de salir tú. O podrías ir al restaurante o al cine en horas bajas. Muchos pacientes son selectivos respecto su exposición a televisión y películas y evitan material emocionalmente excitante y que se muestra con escenas que cambian rápidamente.
Conocer y aprobar mis límites me ha ayudado para evitar aquellas situaciones estresantes, como estar con grandes grupos de personas o estar demasiado tiempo en una tienda con muchas luces fluorescentes.

Para evitar el estrés intento evitar las situaciones que me lo causan. Solo conduzco cuando no me queda más remedio. Evito grandes grupos de gente. Intento evitar discutir con las personas cercanas a mí.

Programas y rutinas

Las novedades son otra fuente de estrés. Necesitas más energía para responder a una nueva situación, que a una situación familiar. Ya que nuestra energía es limitada es deseable ahorrarla para sanar. Una manera para hacer esto es procurar que tu vida sea predecible. Algunos pacientes lo hacen introduciendo la rutina: viven sus vidas según un programa. Han sido capaces de reducir las sorpresas y los choques emocionales en sus vidas, y de esta manera redujeron su estrés. Sabiendo lo que pueden esperar, han reducido la presión que sufrían. Cualquier medida que aumente la productibilidad implica que baja el estrés.
Hasta hace dos años había muy poca rutina en mi vida y el resultado eran brotes frecuentes y largos. Mi vida era una gran montaña rusa. Ahora que tengo un programa regular, puedo planear mucho mejor. Rutina puede sonar aburrido, pero para mi es una necesidad.

Tener una rutina regular es muy útil para mí porque tener una vida predecible ha sido para mí la manera más efectiva para reducir el estrés. Una vida con pocas sorpresas ha reducido la presión que sufría y ha dado a mi cuerpo más tiempo para sanarse.

Muchas de las estrategias descritas en el capítulo sobre el acompasamiento son también efectivos reductores del estrés. La actividad programada basada en prioridades, descansar regularmente, programar las actividades durante las mejores horas de tu día y seguir dentro de tus límites conocidos, todo esto ayuda a controlar el estrés.
Tengo un estilo de vida bastante rutinario, específicas actividades salpicadas a lo largo de toda la semana, tanto relacionadas con la salud, como con el placer, me autorizo mucho tiempo para descansar y relajarme en casa, pero también me permito tiempo para socializar.

Planeo las actividades que precisan más energía (física, emocional o mental) durante mis buenas horas del día.

He comprobado que puedo evitar mucho estrés si conozco mis límites. La planificación de demasiadas actividades en un día o programarlas demasiado seguidas son grandes desencadenantes de estrés, por esto intento prevenir su activación limitando la cantidad de actividades en un día y me concedo mucho tiempo entre dos actividades.

En una nueva entrada se trataran las Técnicas de Relajación

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