DOLOR MIOFASCIAL Y FIBROMIALGIA
De todos es conocida la dificultad de tratar el dolor crónico, la necesidad y la conveniencia de que su abordaje sea multidisciplinario debido a su complejidad, en las que el origen e incluso su existencia son, para muchos profesionales de diversas especialidades médicas, puestos en duda. No obstante, a pesar de las polémicas suscitadas por el diagnóstico y tratamiento de estos síndromes, existe un gran interés e inquietud por parte de profesionales en investigar y trabajar en este campo para alcanzar un consenso e intentar clasificar, distinguir y tratar, etiológicamente osintomáticamente estas patologías.
Si la Fibromialgia se caracteriza por la afectación crónica de múltiples
grupos musculares en todo el organismo y se acompaña de puntos sensibles
responsables del dolor local difuso, el
Dolor Miofascial suele afectar a menos músculos y suele asociarse con
puntos activadores, que inician el dolor que se irradia a un lugar distante.
La Fibromialgia y el Dolor Miofascial son síndromes muy
parecidos pero presentan ciertas diferencias que vale la pena destacar.
Conocer los dos síndromes y sus respectivos síntomas
puede ser de utilidad en el proceso de curación. Identificar ambos síndromes
también permitirá al paciente saber qué esperar durante el transcurso de la
enfermedad y cómo manejarse de la mejor manera en el tratamiento de la misma.
¿ Qué diferencia la Fibromialgia del dolor Miofascial?
En cuanto al dolor se refiere, la Fibromialgia involucra
muchas áreas del cuerpo, mientras que el síndrome Miofascial se localiza en
ciertas regiones. La Fibromialgia aparece en forma gradual y puede empeorar con
el transcurso del tiempo, mientras que el Dolor Miofascial puede darse en forma
repentina o crónica. En la Fibromialgia los puntos de dolor son más de 11 y se
encuentran expandidos, en cambio en el caso del Síndrome Miofascial, los puntos
de dolor están localizados. La Fibromialgia puede convertirse en una condición
que perdura a través del tiempo hasta el punto de desarrollar alguna
incapacidad en la persona. En el síndrome Miofascial el dolor es, por lo
general, moderado y la discapacidad es temporal.
Conocer estas diferencias permitirá al paciente tomar las
decisiones adecuadas en el plan de tratamiento. Existen muchas maneras de
ayudar a aliviar los síntomas y volver al estado óptimo de salud. Las personas
que sufren de Fibromialgia y Síndrome Miofascial pueden llevar una vida
saludable, feliz y activa.
De Fibromialgia puedes leer e informarte aquí en este
blog y por tanto paso a hablar del Dolor Miofascial
El Síndrome de Dolor Miofascial (S.D.M.), asociado a puntos gatillo es, en realidad, una disfunción
neuromuscular con tendencia a la cronicidad, es un cuadro clínico frecuente que
cada vez se diagnostica más, porque se conoce mejor, y se trata más
eficazmente. Puede afectar a cualquier músculo, pero tiene predilección por los
que se encuentran en cuello y cintura escapular.
Se sabe que cualquier
inflamación, traumatismo agudo, traumatismos de repetición, exposición al frío
y otros factores estresantes musculares pueden desencadenar mecanismos
patogénicos, los cuales dan origen a que la fascia, el músculo que contiene y
en ocasiones otros tejidos conjuntivos flexibles y elásticos vecinos, pierdan
su elasticidad. Con ello la fascia y el músculo se acortan y duelen, generando
en una zona del mismo, una banda tensa en cuyo interior alberga un punto hiperirritable,
el llamado "Punto Gatillo" (P.G.) o “Trigger Point”.
Si la tensión inicial,
generadora de el acortamiento, el dolor y el espasmo, no se trata, y no se
liberan (liberación miofascial) la fascia y los músculos portadores del P.G.
activo, el cuadro se cronifica y el dolor referido es más insoportable, dando
lugar a otros P.G. secundarios y satélites, que cada vez complican más el
cuadro. Por otra parte, como consecuencia de la cronificación, el músculo se
acorta más, se hace menos elástico, está más limitado y débil, duele más,
generando una gran tensión local y regional, que es difícil de tratar.
Algunos autores han
encontrado que se pueden encontrar P.G. (latentes) hasta en el 50% de la
población sana adulta joven. A medida que aumenta la edad y disminuye la
actividad física los P.G. latentes son más frecuentes. Tiene una mayor
frecuencia entre los 30 y los 50 años, y en mujeres más que en hombres.
Es más frecuente en
pacientes que realizan tareas que involucran de manera repetitiva los músculos
del cuello, cintura escapular y miembros superiores y que además, por las
características de su trabajo, deben adoptar posturas incorrectas,
antifisiológicas y antifuncionales, para desarrollar más adecuadamente sus
actividades laborales habituales: mecanógrafas, operadores de ordenador,
estudiantes, deportistas, relojeros, modistas, etc.
Tratamiento del Dolor Miofascial
Podríamos dividirlo por
etapas, dependiendo de algunos factores como el tiempo o la intensidad del
dolor. Se ha comprobado que inicialmente el tratamiento debe ser la " Rehabilitación “, aunque quizá sea la
fisioterapia la parte más crítica y
difícil del tratamiento al centrarse sobre estructuras con movilidad dolorosa,
por lo que deberemos iniciar una pauta de tratamiento farmacológico para
facilitar su realización. La rehabilitación debe ser continua y el paciente
deberá de realizar una tabla de ejercicios en su domicilio para garantizar el
éxito.
Si con todo esto no
obtenemos mejoría, tendremos que pasar a la realización de técnicas invasivas
tales como la “ infiltración de puntos
gatillo “. La práctica de infiltraciones en zonas rebeldes recomendadas por
el médico rehabilitador junto a ejercicios de estiramiento suelen dar muy
buenos resultados, aunque desgraciadamente suele ser muy difícil la
coordinación entre fisioterapeutas y los médicos rehabilitadores lo que genera
una limitación en el tratamiento.
Existen diversas técnicas
para la realización de las infiltraciones de los puntos gatillo, entre los que
destacan, desde la punción seca (no fármaco), hasta la inyección de diversos
anestésicos locales y toxina botulínica en los casos más rebeldes.
El objetivo es restaurar la longitud normal de reposo de la fibra
muscular y eliminar los puntos gatillo, palpables dentro de las bandas fibrosas
del músculo. El apoyo psicológico y el tratamiento " rehabilitador " son
fundamentales, y suele ser más acertado iniciar el tratamiento con
procedimientos conservadores no invasivos antes de realizar infiltraciones de
los puntos gatillo.
Se han utilizado distintas
terapias físicas tales como calor/frío, acupuntura, ultrasonidos, ejercicios de
estiramiento, rayos infrarrojos, masajes, manipulación muscular, técnicas de
relajación y TENS. Lo que está claro es que este tipo de tratamiento debe ser
continuo y que el paciente deberá de realizar una tabla de ejercicios en su
domicilio para garantizar el éxito. La aplicación de sprays refrigerantes de
cloruro de etilo sobre los puntos gatillo unido al estiramiento progresivo del
músculo afecto suele producir alivio, siempre evitando la congelación de la
piel que provocaría un aumento del espasmo por disminución de la temperatura
muscular.
Si con todo esto no
obtenemos mejoría, tendremos que pasar a la realización de técnicas invasivas
tales como la infiltración de los puntos gatillo, aunque ésta también puede
utilizarse conjuntamente a los ejercicios de rehabilitación, sobre todo en
pacientes que no los toleran.
Existen diversas técnicas
para la realización de las infiltraciones de los puntos gatillo, entre los que
destacan, desde la punción seca (no
fármaco), hasta la inyección de diversos anestésicos locales, asociados o no a
corticoides, suero salino fisiológico, agua destilada y toxina botulínica. La
inyección de agua destilada y bupivacaína es dolorosa y cuando se emplea
lidocaína o mepivacaína sin diluir, ocurre el mismo fenómeno. Por ello suelen
emplearse estas dos últimas diluidas al 0,2-0,25%.
La adición de corticoides
no aporta ninguna ventaja y sólo la administración de toxina botulínica parece
producir una mejoría más duradera. El factor primordial en la reducción del
dolor parece ser la alteración mecánica que provoca la aguja sobre el punto
gatillo por lo que existen autores que aconsejan la multipunción en un intento
de romper la cicatrización anómala que constituiría la base anatómica de dicho
punto. De esta manera, la posterior cicatrización y regeneración normal del
tejido permitiría la desaparición del punto gatillo.
La Fisioterapia y el Dolor Miofascial :
Los fisioterapeutas disponen de multitud de herramientas y técnicas ( algunas ya comentadas y que desarrollaré a continuación ) que han demostrado ayudar a mejorar diferentes aspectos afectados. Entre ellas se encuentra el ejercicio físico, los estiramientos, el masaje de diversos tipos, las técnicas de relajación, la hidroterapia o la electroterapia. Muchas de éstas las comparten con otros profesionales sanitarios, como psicólogos, terapeutas ocupacionales o preparadores físicos.
La utilización del
ejercicio físico de intensidad baja y moderada tiene buenos resultados a la
hora de mejorar la condición física, la fuerza, la flexibilidad, el nivel de
actividad, la relajación, el manejo del estrés, la depresión y la calidad de
vida de los pacientes. El ejercicio debe practicarse 3 veces por semana.
En el tratamiento, los
fisioterapeutas tienen que recordar que, en general, estas personas tienen una
condición física baja o incluso muy baja, y no pueden pedir que esto cambie de
forma radical. La evolución de la dificultad del tratamiento de fisioterapia
debe ir acorde a la del paciente tratado. Se ha de comenzar con ejercicios
fáciles, conocidos y de corta duración para ir aumentando su dificultad e
intensidad.
En relación a su
intensidad, el dolor tras la actividad, que padecen los enfermos es mayor que
en los sujetos normales, lo que obliga a adaptar las exigencias del ejercicio a
las capacidades de cada individuo, por eso creen necesario que éste siempre sea
personalizado. Los ejercicios elegidos deben trabajar los diferentes segmentos
corporales de forma aislada para luego integrarlos en movimientos globales y
funcionales.
Lo importante para un
fisioterapeuta reside en saber el modo de tratar, con sus aptitudes y
actitudes, a un paciente, conocer sus características generales, saber qué
puede esperar tanto él como el paciente del tratamiento, y dar consejos y
educación al mismo para que pueda mejorar todos los aspectos de su vida.
El masaje tiene un uso
extendido entre estos enfermos, pues es la intervención más satisfactoria para
ellos. Es una herramienta fisioterapéutica útil para reducir la aparición del
dolor y restaurar los patrones del sueño, y los fisioterapeutas pueden emplear
sus efectos beneficiosos en otras patologías para la reducción de la ansiedad y
los síntomas depresivos, y la mejora del manejo del dolor.
Hay que enseñar al
paciente qué actividades puede realizar en casa, los modos de evitar dolor
durante las mismas, cómo estirar y los beneficios de realizarlo, y consejos de
higiene postural. Es interesante mencionar que la implicación del paciente en
el tratamiento a través del aprendizaje puede ser uno de los motivos de su
adherencia al mismo.
Los profesionales de la
Fisioterapia tienen un contacto muy cercano con los pacientes y esto es algo
muy interesante en estas patologías, pues los que la padecen tienden a perder
la alegría de vivir y suelen presentar cuadros depresivos y de ansiedad. El
fisioterapeuta que se encuentra ante estos enfermos debe intentar estimularla
para recuperar la vitalidad y tiene que tener un gran sentimiento empático,
pues esta enfermedad es comúnmente tachada de falsa y hay quien da la espalda a
estos pacientes.
Es importante que el
profesional tenga en cuenta las características emocionales del ser humano
durante los tratamientos, debe hacer aún
más hincapié en prestar atención a estos sentimientos, pues es fisioterapeuta y
casi psicólogo (siempre respetando la parcela del conocimiento de estos
sanitarios) a la vez.
La buena relación
fisioterapeuta-paciente favorece la adherencia al tratamiento.
Ejercicios
Estos enfermos al
encontrarse cansados y con dolor cada vez son más sedentarios; esto hace que
los músculos se atrofien, aparezca dolor articular y de manera permanente se
sientan cansados.
Se recomienda la
práctica de ejercicio aeróbico de bajo
impacto seguido de estiramientos de grupos musculares unas 3 veces por semana
con una duración de 20 a 30 minutos.
Los médicos recomiendan la
práctica del deporte de manera moderada evitando la fatiga; para ello se
aconsejan actividades como caminar, esquiar y nadar, siendo este último
ejercicio el más aconsejado por la combinación de trabajo aeróbico,
flexibilización y fortalecimiento .
Masajes
La aplicación del masaje
tiene como objetivos conseguir efectos fisiológicos, mecánicos y
psicológicos.
El masaje debe resultar
agradable para el individuo, ya que éste presenta las vías sensitivas alteradas
y al mínimo estímulo doloroso se desencadena un reflejo antiálgico. El
tratamiento miofascial y la presión sobre los puntos dolorosos favorece la
movilización de los líquidos intersticiales y
la eliminación de metabolitos que se depositan en el músculo.
La presión alivia las
restricciones de los tejidos conectivos que ejercen sobre los huesos
permitiendo que se relajen y se distiendan las fibras muscular.
Estiramientos
Los estiramientos
miotendinosos aumentan la longitud del
músculo cuando es sometido a una fuerza, sin perder las propiedades elásticas
cuando cesa ésta. Los objetivos de los estiramientos son mejorar la movilidad articular,
flexibilidad, rendimiento mecánico y la prevención de lesiones.
Para no perder los
beneficios del estiramiento se deben
realizar regularmente dentro de un programa de rehabilitación, donde se
individualizará según las características y necesidades fisiológicas de cada
individuo.
La intensidad será lenta y
progresiva para evitar efectos no deseados como falsa rigidez por agotamiento
de reservas de extensibilidad tras una intensidad fuerte o posibles
microlesiones en el músculo por
presentar bajo contenido de colágeno.
Es importante mejorar la
longitud muscular llegando al final de
la fase elástica de alargamiento y manteniéndola durante un tiempo. Una vez alcanzada
la longitud muscular es necesario mantenerla en el tiempo y se consigue por las
repeticiones semanales.
Técnicas de relajación
Las técnicas de
relajación permiten alcanzar efectos
psicofisiológicos mediante la disminución de la tensión, estrés, ansiedad que
le impide o dificulta el desarrollo de sus
actividades de la vida diaria. La
finalidad de la relajación son el bienestar
psíquico - emocional y el descanso mental para disminuir las tensiones.
Punción seca
La expresión “
Fisioterapia Invasiva “ alude al conjunto de técnicas en las que el agente
físico empleado para el tratamiento de determinadas patologías se aplica percutáneamente,
es decir, atravesando la piel del paciente. El agente físico empleado puede ser
únicamente el estímulo mecánico de diferentes tipos de agujas o puede ser la
combinación de este estímulo mecánico con la aplicación de algún tipo de
corriente eléctrica que pasea través de uno o varios electrodos de aguja.
Ejemplos de lo primero son la punción seca (PS) y sus diferentes modalidades, y
la acupuntura cuando es empleada por un fisioterapeuta en el ejercicio de sus
funciones.
Como ejemplos de lo
segundo se podrían citar la electroestimulación de los puntos gatillo
miofasciales, el PENS (percutaneal electrical nerve stimulation), la
electroacupuntura, la electrolisis percutánea intratisular (EPI) y otros tipos
de electroestimulación de nervios.
La punción seca (PS)
consiste en el empleo del estímulo mecánico de una aguja como agente físico
para el tratamiento del síndrome de dolor miofascial (SDM). Se usa el adjetivo
“ seca “, no sólo por ser fieles al término inglés original (dry needling),
sino también para enfatizar el hecho de que no se emplea ningún agente químico
y, así, distinguirla inequívocamente de otras técnicas invasivas en las que se
infiltra alguna sustancia, como anestésicos locales, agua estéril, suero salino
isotónico, antiinflamatorios no esteroideo o toxina botulínica.
Por último decir que los pacientes con mialgias pueden
presentar numerosas patologías comórbidas ( uno o más trastornos, además de la
enfermedad ) que perpetúan o agravan su dolor muscular. Tales patologías pueden
causar mialgia en primera instancia o interferir con la recuperación o con el
proceso terapéutico. En todos los casos de mialgia crónica debería llevarse a
cabo la identificación de estas patologías. En algunos casos se puede
evidenciar una anormalidad estructural
mediante el examen físico, mientras que en otros pueden ser necesarias una
historia clínica detallada y pruebas de
laboratorio. No es infrecuente que existan múltiples comorbilidades, particularmente
la combinación de un desequilibrio estructural y de una patología médica.
Y recordad, que siempre hemos de ponernos en manos expertas.
A.Sierra
Y recordad, que siempre hemos de ponernos en manos expertas.
A.Sierra